lunes, 18 de febrero de 2019

La revolución no es una fiesta de caridad

carta a Ruben Blades


completa
de Silvio Rodríguez

Las verdaderas revoluciones son siempre difíciles. Che Guevara sabía algo de eso y decía que, en las verdaderas, se vence o se muere, porque una revolución no es una tranquila, pacífica obra de beneficencia, como cuando las encopetadas damas de la alta sociedad salen a hacerle caridad a los que no tienen justicia.

Una revolución es un vuelco, una ruptura, un abrupto cambio de perspectiva. Es cuando los oprimidos dejan de creer en que los que mandan –los que los oprimen– tienen la verdad de su lado, y piensan que el mundo puede ser diferente de como ha sido hasta entonces.

Pero claro que los opresores no se resignan a abandonar sus posiciones de dominio y luchan a vida o muerte por ellas, aunque aparentemente, los "otros" sean sus connacionales: enseguida se enajenan de la mayoría del pueblo, porque las revoluciones –no los golpes de estado– siempre son obra de la mayoría.

En un respetuoso diálogo con el presidente venezolano aunque no tanto con sí mismo, el cantautor Rubén Blades, hace años uno de los abanderados de la canción social en América Latina, expone su concepto de revolución:

Para mí, la verdadera revolución social
es la que entrega mejor calidad de vida a
todos, la que satisface las necesidades
de la especie humana, incluida la necesidad
de ser reconocidos y de llegar al estadio
de auto-realización, la que entrega oportunidad
sin esperar servidumbre en cambio.
Eso, desafortunadamente, no ha ocurrido
todavía con ninguna revolución[1].

Ni va a ocurrir en ninguna revolución verdadera, Rubén. No era sino la voluntad de mejorar la calidad de vida de la gente lo que inspiró la Reforma Agraria cubana, que entregó parcelas a miles de campesinos sin tierra y, esencial para procurar mejor calidad de vida, fue la alfabetización cubana de 1961,–porque no hay autorrealización sin saber leer–pero enseguida llegaron la invasión de Bahía de Cochinos y el bloqueo económico que es repudiado cada año en la ONU, aunque acaba de cumplir 52.

Me fascina esa idea de que una revolución social "satisface las necesidades de la especie humana", y claro que eso solo lo hace una revolución cuando se la ve históricamente: no habría democracia ni derechos humanos sin la prédica de los iluministas: sin Voltaire, Montesquieu, Rousseau, pero los que llevaron adelante esas ideas en la práctica social, los que las impusieron como "necesidades de la especie humana" –Danton, Marat, Robespierre , porque las monarquías gobernaban por derecho divino– guillotinaron a la aristocracia francesa que se rebeló contra ellas, la aristocracia que ahogaba en sufrimientos, en miseria los derechos de lossans culottes, acaso los que Evita Perón llamó en su momento "los descamisados" y Martí "los pobres de la tierra".

El tiempo ha pasado, nos recuerda Blades, pero los derechistas venezolanos llaman "los tierrúos" a esos pobres sin zapatos que ellos explotan en el siglo XXI. Es imposible que una revolución haga felices a los dos grupos, porque la revolución va a dar justicia, y hacer justicia no es una fiesta de cumpleaños.

Es decir que nunca ha habido una revolución social como entiende Blades que debe ser. ¿Será que él no sabe lo que es una revolución social? Según se deduce de lo que escribe, no lo la sido ni la inglesa, ni la francesa, ni la rusa, ni la mexicana, ni mucho menos la cubana que lideró Fidel Castro. Presumo que tampoco la venezolana de hace doscientos años, pese a que Blades escribe de esa Venezuela que ama como "el pueblo de Bolívar". Y ¿qué hizo el Libertador? ¿Una tranquila y plácida obra de bienestar social? No gritó Patria o Muerte, sino que firmó un decreto de guerra a muerte para los enemigos de la patria, que eran los de la revolución.

Blades no sólo lo proclama ahora en esa respuesta a Maduro, sino que lo cantaba en sus canciones latinoamericanistas: "de una raza unida, la que Bolívar soñó". Entonces, ¿el intento de realizar el sueño de Bolívar no es el proceso integrador que emprendió Chávez, y que enfrenta a un imperio que nos quiere divididos, sino que únicamente servirá para mover el culo bailando salsa? Y cantar a voz en cuello: "A to'a la gente allá en los Cerritos que hay en Caracas protégela". A "to'a esa gente" la protegen, además de María Lionza, los médicos de Barrio Adentro, porque esos que gritan y agreden en las calles no se ocuparon jamás de la salud de los venezolanos humildes.

Tal vez fue María Lionza la que los mandó a bajar de los Cerritos, cuando el golpe de estado de abril de 2002, para sitiar el ocupado palacio de Miraflores y exigir el regreso del presidente que habían elegido. No te dejes confundir, Blades, "busca el fondo y su razón", y trata de entender las revoluciones de la historia, no las que soñamos para tranquilizarnos.

Para Blades, el programa político del chavismo "obviamente no es aceptado por la mayoría de la población". Lo que quiere decir que la mayoría que eligió a Maduro, no lo es. Blades ignora las 18 elecciones ganadas por el chavismo y el casi 60% de votantes que el PSUV obtuvo en las elecciones de diciembre–que la derecha dijo que sería un plebiscito–y declara mayoría a los representantes de la vieja derecha derrocada por Pablo Pueblo, porque ese hombre –nos recordó Neruda–despierta cada doscientos años, con Bolívar.

Me recuerdo a mí mismo, en los años setenta, en el antiguo apartamento de Silvio Rodríguez, con su puerta negra en la que había golpeado el mundo, descubriendo los primeros trabajos de Rubén Blades con la orquesta de Willy Colón. Nos encantábamos de encontrar una salsa patriótica, "La maleta", aunque sabíamos que no eran ideas unánimes entre los latinoamericanos. Ninguna idea hondamente renovadora consigue apoyo unánime, al menos cuando aparece: el poder establecido –eso que los norteamericanos llaman stablishment–tiene muchos resortes, muchas maneras de "convencer", de imponer sus intereses, y sabe que son pocos los que no ceden ante ellos.

Una cosa es cantar y otra vivir lo que se canta, y cantarlo en todas partes. Tengo vivo el recuerdo de ese extraordinario salsero que es Oscar D'Leòn, cantándole, en los años ochenta, a un público cubano que lo adoraba, que llenaba un coliseo de 15 mil localidades para escucharlo y cantar con él. Lo recuerdo feliz, arrojándose al suelo del aeropuerto de La Habana para besar la tierra de la isla al partir y, a las semanas, lo vi abjurando de su viaje a Cuba, cuando los magnates del disco en el Miami contrarrevolucionario, lo acusaron de comunista por cantar en La Habana, y amenazaron con cerrarle todas sus puertas, que eran también las más lucrativas de su realización como artista.

Oscar sabía que esa derecha, esa burguesía –y mucho menos el poder imperial que tenían detrás– no bromeaban: a Benny Moré, que era el mejor cantante de América Latina, la RCA Víctor no le grabó un disco más cuando decidió quedarse a vivir y a cantar en la Cuba revolucionaria.

Todo me lo explico, pero tengo la tristeza de que ya no podré escuchar a Rubén Blades como ese cantor de nuestra América que quiso ser.

Silvio Rodríguez

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El arte es antimperialista

Nació el Movimiento de Artistas Revolucionarios Antiimperialistas el día 6 de febrero del 2010 cuando, reunidos en asamblea en una Sala del Parque Central, Parroquia San Agustín de Caracas, un grupo de personas discutíamos diversos problemas que afectan a hombres y mujeres que activan en el sector cultural o artístico y procedimos a lanzar el nacimiento del Movimiento de Artistas Revolucionarios Antiimperialistas (MARA) para ayudar desde la posición socialista en la solución de tales problemas.

En MARA tienen cabida los y las artistas de las diferentes disciplinas del arte, los cultores y las culturas, los hacedores y las hacedoras de cultura, los y las intelectuales, los escritores y las escritoras, los pensadores y las pensadoras que manifiesten su voluntad de ser miembros de MARA y sean comprobados revolucionarios o revolucionarias antiimperialistas, comprometidos o comprometidas con nuestro proceso de construcción del socialismo. En el artículo 3 del Estatuto se asienta la base ideológica de la organización, la cual se cita textualmente:

El Movimiento de Artistas Revolucionarios Antiimperialistas (MARA) se inspira en los principios revolucionarios que guían la lucha por la soberanía nacional. Así mismo, forma parte de su espacio ideológico el ejercicio de la solidaridad internacional, en tal sentido extendemos nuestra mano solidaria a los pueblos que luchan contra toda dominación extranjera y por la construcción de un mundo nuevo, de justicia social. Por ello apoyamos y saludamos la unidad y la integración latinoamericana que con tanto éxito impulsa nuestro país. MARA tendrá por propósito fundamental contribuir, desde la perspectiva de la cultura y el arte, a la formación de una Venezuela revolucionaria, antiimperialista y socialista, para lograr la completa liberación de nuestra Patria y el pleno ejercicio de nuestra soberanía (fin de la cita).

Son fines esenciales de MARA destacar la trayectoria de los artistas y sus obras y en general de todas las manifestaciones culturales, especialmente aquellas realizadas por artistas, cultores y cultoras revolucionarios y revolucionarias antiimperialistas, asimismo propender por los medios a su alcance a la protección de la obra artística de sus miembros y exigir la conservación y fomento de las mismas a los entes estatales encargados de la cultura y establecer relaciones solidarias con organizaciones hermanas del mundo.

El primer equipo directivo quedó integrado de la siguiente manera: Silvia Mendoza, Coordinadora General; Gerónimo Pérez Rescaniere, Coordinador Ejecutivo; Josefina Cedeño, Coordinadora de Asesoría Jurídica e Ideológica; Carlos Golik, Coordinador de Finanzas; Luis Daniel Barrios, Coordinador de Propaganda; Lourdes Manrique, Coordinadora para los Medios de Comunicación; Mercedes (Chelena) Mendoza, Coordinadora de Actas.

Se crearon tres comisiones de trabajo: la Comisión de Relaciones Internacionales para atender las relaciones con organizaciones hermanas de otros países, la Comisión de Propaganda y la Comisión de Asesoría Jurídica e Ideológica para apoyar el trabajo de las correspondientes Coordinaciones..

En fecha 12 de septiembre del 2011 MARA fue inscrita por ante el Registro Público del Segundo Circuito, Municipio Libertador, Distrito Capital, con jurisdicción en la Parroquia San Agustín.

MARA, pues, nació en nuestra querida Parroquia San Agustín y llegó para quedarse.

*Coordinadora de Asesoría Jurídica e Ideológica

josefinacedeno@gmail.com

sábado, 20 de agosto de 2011

Literatura desconocida


El hombre es un creador... historias de ciudad escritas por los pobladores en tiempos de Dictadura. 


Entre otras; El Sueño Conquistado

Historia de la Población Herminda de la Victoria de Cerro Navia

Autor: Gustavo Paredes Villagra


Gustavo Paredes Villagra; nacido en Santiago de Chile en el mes de la patria de 1956, recibió su formación académica en tiempos de la reforma educativa y de la revolución en libertad emprendida por el presidente Eduardo Frei, en la década del 60 y en tiempos del incentivo a la industrialización de la CORFO y el gobierno popular del presidente Salvador Allende, a principios de los años 70; concluyendo sus estudios científico humanista en los inicios de la dictadura contrarrevolucionaria Cívico Militar.
Obtiene su título de Dibujante Publicitario y participa en la conformación de la Red De Prensa Popular A. G. originada para romper el cerco informativo dictatorial coordinado por la DINACOS, que controla los medios de comunicación social privados.
Se perfecciona en cursos de comunicación y periodismo popular, en ONG que trabajan para defender los derechos humanos, publicando artículos en boletines de la Vicaria Pastoral Obrera de la iglesia católica y otros como “El Grito por la Vida”, “Extrema Pobreza”, “zonal Oeste de Pobladores” y Redacción”; además de historietas educativas como Los Carmona “Aun Tenemos Prensa Ciudadanos” publicada por ECO, e historias del guerrillero Manuel Rodríguez, publicadas en el diario “El Siglo”.
Su primera obra literaria, “El Sueño Conquistado” es una investigación histórica de los origenes de la poblacion Herminda de la Victoria, realizada por medio de la recopilación de artículos publicados por la prensa chilena de la época y entrevistas a los participantes de la toma de terrenos, recopilada en el año internacional de la vivienda social para las personas sin hogar, de la ONU; para participar en el primer concurso “Historia de las poblaciones” convocado por las ONG Avec, Jundep, Sur y TVS del Instituto de ciencias Alejandro Lipschutz.
La historia, en formato novelada, obtiene el segundo lugar en el concurso indicado y posteriormente, forma parte de nueve historias publicadas por SUR Ediciones, con el nombre de “Constructores de Ciudad” para agregar valor histórico, a los archivos nacionales, en sus departamentos de investigación sobre desarrollo urbano y social en Chile.

https://www.sitiosur.cl/detalle-de-la-publicacion/?constructores-de-ciudad-nueve-historias-del-primer-concurso-de-historia-de-las-poblaciones